Maldito dolor pútrido dentro de mí, ese que me hace pensar que llegué hasta aquí, el olor que emana es horrible, sí, pero su existencia sigue estando allí, es un dolor más grande de lo que has imaginado, es una angustia mayor que vivo luchando, son mis fantasmas del tiempo, me están atormentando, los Matías del futuro serán castigados por los del pasado.

He vuelto a mi vida absurda, no avanzo, me estanco, y me quedo varado pensando, tanto, que no encuentro principio de mis pensamientos, sólo nuevos que invaden mi cuerpo, sólo luces que emanan siniestros rayos de luz que no iluminan nada, sólo queman el interior y yo sólo quiero un ataúd para meterme hasta que ya no haya un mañana.

Correcto, vuelvo a caer en la locura de no ser amado y no amar a nadie ni querer a nadie a mi lado. No sé qué tan cierto es esta afirmación, soy consciente que me ama mucha gente, pero es urgente, demuestramelo y dime, qué se siente, amar a alguien que su carisma se estrelló en un recipiente donde su cuerpo descansará para siempre.

Te mentí, yo quiero a alguien al lado, me mentí, no recuerdo cuándo alguien lo ha estado, me arrepiento, de haber ignorado al que lo ha intentado, pero es cierto que mil veces he llorado por culpa de que se marchen, de que me dejen, de que se olviden de todo lo que dijeron y se marchen, de que me dejen, que siempre soy el que siente las cosas y el que debe aguantar maltratos y malos tratos para que la persona no se vaya, ésto lo veo ahora que soy consciente de lo grave que era que me dejara hacer tantas cosas sólo para que me quieran.

Imploro atención, y nadie me escucha , imploro comprensión y nadie se compadece, intento pedir piedad de sus malos tratos, parece sorda a las palabras que exhibo, exhibo emociones que siento, demuestro el dolor que tengo y observo que no hay intención de entenderlo, «siempre pienso lo peor» fue lo que tantas me dijeron, por qué lo harías cuando te explico las situaciones que me presentas, por qué lo harías si cuando tengo la posibilidad, me cruzo la ciudad entera para darte un beso en la frente y volver a mi hogar, mi dulce hogar, el cuál odiás pisar, yo no entiendo qué tanto te repele, por qué no querés dormir acá, por qué nunca será suficiente y te irás por la puerta, por qué sólo tenemos un amor que dura lo que dura una primavera.