I.
equilibrio universal
pienso en positivo, medito, fluyo, vibro alto, me dejo atravesar por la energía, estoy en armonía con el universo, todo lo que sucede parece que conviene. mientras, en la ciudad indonesa de ujungpandang, alguien le pone media frutilla madura a una tarta de crema. en ese momento el orden universal cambia, y todo se modifica para retomar el natural equilibrio. en el tiempo transcurrido entre una y otra instancia del equilibrio holístico, me he convertido en un atomentado asesino serial de bebés
II.
una vez conocí una niña cristal
tenía dieciseis años y sabía muchísima matemática y muchisimo de música y había leído muchísimo de religión. era una especie de superdotada y se creía índiga (tal vez me haya dicho que era cristal). me contó que a ella se lo habían dicho sus padres de chiquita, que ellos habían sido advertidos por una señora experta en energías alternativas y flores de bach y ovnilogía y pedagogía de la nueva era. chateábamos entonces. a medida que yo oponía alguna delicada resistencia a sus ideas la nena índiga se ponía violeta, le iba brotando una especie de megalomanía nazi que asustaba. no me insultaba ni amenazaba con torturarme porque tenía la obligación índiga de amarme, pero se sentía su odio contenido. luego, como pasa con los hare krishna, cuando me puse apenas firme en razonar sobre ciertos asuntos de su supuesta condición y sus creencias, empezó a tildarse y a pasarme loops textuales de cosas que ya había dicho, cada vez más cortos. entonces le díje que por fin entendía. le dije que mi corazón entendía. ella, sabiendo que cumplía su misión, me mandó dos ángeles -era una de sus capacidades diferentes regir ángeles de categorías inferiores- que se pararon detras de mi silla, me echaron un calor divino en la esplada y desde entonces me protegen. tienen nombres esos ángeles, pero no los recuerdo
III.
textual de un monólogo de claudio maría domínguez (2010)
«qué pasa cuando alguien ya no quiere vivir más. te sentís mal. te sentís bien. ¿manejás endorfinas?. qué te enoja. mirá los mantras las oraciones liberatorias. gente divina del alma. en la pop hacemos estas consignas que ustedes mismos nos dan. entren todos a la tecnología que nos une. el portal de infobae la pop la revista un mundo mejor que hacen liliana danielito. ellos dicen el material es tuyo nosotros hacemos el márquetin. en el templo de saibaba lo aprendí y no fue fácil. que uno se enamora de lo que deslumbra. no lo dudes sos un ser de luz. las dos personas que pudieron compartir la energía de la madre teresa en persona fuimos daniel hadad y yo y ahora gracias a él estoy aquí. crishna es la historia del avatar antes de jesús. esto tiene que ver con el buscador. quién es el que lo logra. quién es el que lo encuentra. es interesante eso. meditá en la naturaleza. ponelo jesús. cuando digo jesús hablo del jesús de arriba pero también del jesús que está ahí que es nuestro director de cámara que se llama jesús. ahí estamos mostrando la ciudadela del machu pichu. ésas son imágenes mágicas. japón los budas korea. hay cosas tan hermosas y mágicas en todos lados. cuántos años más faltan para que te saquen el infierno el purgatorio. acuérdense de eso que es gracioso. ¿no será el cielo el estado extraordinario de que te estás haciendo cargo? en el próximo bloque hay frases de crishnamurti de almafuerte de octavio paz de osho»
IV.
pequeño diálogo
– era un turro y le agarró cáncer a los 50, ¿vistes? es como dicen: todo vuelve
– no. el porcentaje de diagnósticos de cáncer es muy alto, más del 25 % de las personas recibe un diagnóstico de cáncer en algún momento de su vida. personas buenas y turros, es obvio que te enterás de muchos
– ah, pero este era un turro. es así te digo: si sucede es por algo, todo vuelve
– no. el porcentaje de personas que a vos, a mí o a cualquiera nos parecen una mierda o efectivamente son una mierda es muchísimo más alto que el de los diagnósticos de cáncer
V.
casi zen
viene un negro que es dos veces más grande que vos y sabe todas las artes marciales. te pregunta si viste algo y como no sabés qué responder te caga a trompadas y vuelve a decir si viste algo, y, como no viste, otra vez te caga a trompadas y así. nadie te ofrece un té ni una escoba ni un amable koan, te dan solo piñas y ninguna pista para ninguna iluminación. años más tarde, en tu cama de hospital, pensás que no hay tal cosa como una respuesta y que eran las piñas de la esfinge esa oscura el camino mismo, y que menos mal que justo pasaba por ese camino el ataque cardíaco que le dio al negro