I.

es muy difícil ser de izquierda. uno tiene que cultivar una mirada crítica constante sobre la cultura, pero sobre todo tiene que discutir todo el tiempo (las más de las veces en silencio) con los pelotudos que se supone están al lado

II.

eso de la hipocresía es un chiste jipi, porque la sinceridad como ideal social es un chiste jipi. y todo lo que es jipi es de derecha. para aquel que mínimamente lee, no hay en el ámbito público nada que merezca ser llamado hipocresía, y mucho menos algo que merezca llamarse sinceridad. he aquí un verdadero engaño que a la derecha le encanta explotar hace como 200 años y que el argentino macrista venera hasta lo más profundo de su culo: la mezcla confusa entre moralismo y política

III.

nadie dice la verdad, nadie puede decirla. y mucho menos en público. ni siquiera podés decírtela vos a vos mismo frente al espejo de tu baño. lo que importa a lo público no es la verdad sobre sí mismo que alguien pueda decir, sino el resultado en el ejercicio de poder que importan sus discursos y acciones. esa «verdad» fundada en supuestas sinceridades personales es puro liberalismo, y es una de las cosas que el pro («el último gobierno radical» según asís) quiere vender

IV.

se trata de quién come más y quién come menos ahora. y de quién ha comido más o menos históricamente. y de quién va a comer -o no- mañana. lo que hay en los medios y en la política -que es lo mismo- no son gente falsa ni auténtica. no son actores, ni buenos ni malos actores. esos cosos son eso que se ve si bien se mira. por ejemplo: feinman no se hace el facho, es facho. fantino no se hace el chupapija, es chupapija. larreta tiene la misma cara de psicótico que cavallo y actúa como tal. lanata siempre fue de derecha, etc. deberías dejar de creer en que la cultura neoliberal contemporánea es una mascarada, porque no lo es. ¿a vos te parece que el señor de familia esposo correcto que lleva a sus tres hijos al colegio salesiano es una careta del travesti que se sube internet con la bombacha de puntillas que le hizo comprar a la señora? mirá bien, sensiblemente, al señor correcto. se le ven las puntillas a una cuadra, no hay careta. si el discurso democratista -con su tábula rasa de supuestas mentiras y supuestas verdades románticamente individuales- alguna vez te ha confundido, es tu problema

V.

no hay autoconciencia explícita, porque lo que garpa para sobrevivir en la voz de la clase media que habla en los medios es hacerse el boludo, lo contrario de ser consciente y demostrarlo. a vos, pedazo de progre que, desde esa concepción de morales personalistas pedís coherencia política e ideológica a los personajes públicos y sus discursos, debo decirte que: 1. la coherencia no es útil ni necesaria en el campo de lo público. si no, marx hubiera seguido dando clases sobre hegel. 2. la coherencia no es buena en sí misma. imaginate que  perón se hubiera quedado pegado a farrel

VI.

está lleno de gente que, cuando se indaga sobre su identidad política dice, antes que nada: soy k, soy del po, soy etc. y no dice lo primero que habría que decir para ofrecer una definición política aproximada cualquiera que merezca un poco de consideración: su posición en relación al poder de mayorías y minorías, su concepto (más o menos actual) de clase, sus ideas en relación a la economía, la propiedad y la organización social. pero, cuando uno le pregunta, el preguntado repite consignas o manda fruta