Hay algo femenino
en ponerme maquillaje
todas las mañanas
en apretar mí pecho para disimularlo.
Odio
que haya algo femenino
en no comer también
en no dormir.
El acto de odiar mí cuerpo
me hace sentir hermoso.
Soy más mujer
más persona incluso
cuando le lloro al espejo.
Adoro
como me hace sentir femenino
el amar odiar mí cuerpo.
No importa
cuánto peso pierda
o delineador me ponga
o como tiña mí pelo
o si mí voz es muy aguda.
No
soy lo que mis ojos me devuelven.