Abrí los ojos y ya no estabas, ¿fuiste a buscar el desayuno? 

Camine descalza y el frío se clavó en las plantas de mis pies, abrí la puerta de mi casa y salí; la deje abierta, ¿volvías?

Descalza, las piedras se me clavaban en la planta de los pies y la sangre fluía. Yo solo miraba hacia delante. No te encontré en el camino, no se que fue de vos.

La arena se me escapaba entre los dedos de los pies, el agua se tornaba roja cuando me rozaba y aquella lágrima traicionera recorrió mi mejilla y el sol la seco.

¿habrás comprado café?

Me ahogue con mis propias palabras, me senté y las deje salir. El café, frío porque no llegue, en el castillo imaginario que invente te destruyo la idea de que yo Siempre estoy y No me voy.

¿compraste galletitas?

En ningún momento vi que llegaba. Se sentó, me miró y me abrazó. El reflejo en el espejo ya no dolió y si llegaste con el desayuno no se, no te escuche más.

Decidí salir a caminar. Si la vida quiere, nos volveremos a cruzar.