Que la libertad, libertad, libertad ¿livertad?
Oíd mortales el grito sagrado, libertad, libertad, libertad.
Como se construyó la imagen representativa de una paloma significando la libertad, si yo la veo tan frágil.
¿Un ser viviente, que vuela, sólo por el vuelo es libre? Ni la imaginación llega a ser libre.
No, ver un ave volar no me invoca a libertad.
Atah, iba a presentarse en público, a sus 8 años, en su escuela, era diciembre acto de fin del año escolar nada más emocionante que verlo, ese día lo pituquee, lo convencí una manera encubierta de obligarlo, a vestirse con camisa y jean, bañadito y perfumadito, la primer vez que calzaba este estilo -la camisa quedo de recuerdo- Iba actuar con un compañerito y el profe los acompañaría.
Pasamos por el profe a 50m de la escuela, ensayaron, no podría tocar con su guitarra, por no ser electro acústica, el profe le dio una, pasaron dos veces la canción, salió excelente.
Llego la hora, del espectáculo, y fuimos: agua, tres guitarras, púas, capotraste, algunas cuerdas, elementos para el evento-que yo ni idea que existían-
En los actos de escuela, lo más bello se ve es, en escena, y entre ellas, se acomodaron las tres sillas, probaron el sonido, acomodaron los micrófonos los presentaron iban a interpretar “La mocha ahorcada”
Y comenzó el espectáculo…
Mientras avanzaban en la ejecución La cara de Atah expresaba total desconcierto, lo miraba al profe, llegaba tarde en la nota, pero El seguía, aún con la perturbación presente, que era evidente, algo sucedía, la ejecución seguía, el compañerito como maquinita bien aceitada, Atah se movía, su carita con expresiones muy extrañas. Abajo… su papi y mami sabíamos que algo sucedía, la sabía de memoria.
Entre ese desbarajuste, puso su mirada en las manos del profe y encamino la melodía como pudo, saludo final, aplausos, padres y maestros felicitando al conjunto.
Siempre son maravillosas las actuaciones de los niños, la belleza está dada en la imperfección, la espontaneidad, la timidez, la desdramatización la dan sus risitas.
Atah, bajo enojadísimo y embroncado y flojo de nervios.
Corrí, lo abrace, llore todo junto, realizar cualquier acción de este tipo, te hace vibrar de emociones, superar los nervios, miedos, hacerlo en público, hoo si que generaba orgullo.
— ¿Qué te paso?
— ¿No ves que el profe se equivocó de guitarra?
— ¿Por qué no le dijiste?— yo que no entiendo de guitarras, solo los tamaños diferencio y algún Ukelele ahora, todo lo demás aprendo de Él.
— ¡Lo que más bronca me da es que no puedo depender, de unos tontos puntos para tocar!— me contestó Atah con sus 8 años de edad.
— ¿De qué puntos hablas? Yo que sé de eso.
Me explicó en sus palabras, son unas marcas, sirven para guiarse, algunas guitarras lo tienen y esta no tenía.
(El diapasón esta hecho de madera… compuesto por barras y trastes, este suele llevar unos puntos que señalan algunas posiciones para ubicarse en las notas…)
No, la libertad, no es una paloma.
Escribiendo encontré una pasión y así como se viven las pasiones escribo.