El Hombre de Naturaleza.

 Bien, llevaba tiempo sin encontrar las palabras adecuadas para plasmar este pensamiento que llevo conmigo hace mucho tiempo. Agradezco aquella clase de filosofía a la que asistí para buscar respuestas a mi temprano nihilismo e inclusive para intentar profundizar de manera indirecta sobre lo que me pasa cotidianamente pero a escondidas de la vista del resto de mortales.

  Antes de comenzar, quisiera aclarar que en la siguiente obra no se dará máxima importancia a la rima entre sílabas y terminaciones, si no al mensaje que expondré en ella, para algunos claro y otros quizá deban leerla más de una vez. Para la comprensión de la misma les facilitaré un concepto de crucial importancia aquí;  la Libertad. 

La libertad en sí misma podemos entenderla como el libre albedrío que uno posee en la sociedad, como unas alas brindadas para volar por donde quisiéramos. También podemos hallar en el internet una breve descripción, que en sencillas palabras, esclarece que es “La facultad que posee el hombre de hacer lo que le plazca, dueño de sus consecuencias.” 

 Bien sabemos que las masas subsisten bajo la potestad de lo dicho y de los dogmas existentes, esta definición es la mejor para un paleto, pero para mí aún hay sinónimos más acertados. 

Una vez aclarado el panorama y este breve preludio, les dejo con lo que puede llegar a ser La Biblia del Natural, solo que sin decálogos a los que El Hombre de Naturaleza deba obedecer.

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  Buenas tardes, días o noches, me da absolutamente igual. Hoy me tomo el trabajo de su cerebro desmembrar, si es que poseen uno, por supuesto, pero en cada clase siempre hay un orgulloso de su intelecto. Estos orgullosos que yo aquí comento, tienen la osadía de intentar penetrar mi argumento, sobre la libertad del hombre puro, impío y de folleto y los vulgos toman como obsoletas las palabras que proyecto. 

 “Ay, pobre de ellos”. Me gustaría pensar, pero las ideas no son iguales si se invierte el plan, cuando ellos atacan la mano de aquel que les da el pan y se atreven a verbalizar su paupérrima credibilidad.

  Todo se remonta a esa extensa hora, donde el tópico de libertad se convirtió en la obra, todo estaba tranquilo, hasta que de repente esa profesora pregunta lo siguiente: “¿Qué consideran que es la libertad ahora?”. Allí donde alcé mi mano, iluminado, porque era la pregunta que siempre se me había proyectado, esperando a que me eligiera para dar mi devolución pero una vez asestada se me acusa de subversión. 

 No por la maestra, si no por ese cerebro lleno de fulgor, que siempre piensa de que todo aquel fue creador, obviamente tras de ella se encontraban sus apologetas que a raíz de mi teoría formaron sus majaretas.

 ”Pero, oye escritor ¿Qué es aquello que has citado?, causante de tal desorden en tal lugar labrado, ¿acaso fuiste autor de algún pensamiento vago, o lanzaste algún argumento desbaratado?”

 No miento que me choca que me acusen de marañas, como si de mi boca solo salgan telarañas, pero entendiendo tu grito de clamor con ignorancia, pondré fin a tu duda y lo explicaré en esta instancia;

  A aquella duda respondí con mi voz muda, que la libertad de ahora no era más que una esclavitud burda, porque como va a ser libre el hombre que su seso no modula y es preso de la sociedad, la religión y su empresa cruda. 

  Recuerdo firmemente mi argumento, incluso si trabajara sería merecedor de algún aumento, pero aquella iluminada dijo con tono aposento; “cualquiera es libre si está donde uno está contento“.   Aquí puedo demostrar el significado plasmado por lo comercial, que el que es libre es libre porque sus consecuencias son un cero total. No miento que la sangre me hirvió ante tal desconcierto, porque como un burro no va a estar contento si en el rancho se le da alimento. 

“Mantén la boca cerrada.” Me tuve que prometer, porque todo lo pensado invocaba al displacer, me oponía a mi mismo de mis decisiones y aquí expreso algo que de verdad sobre pensé.

    “¿El hombre libre actual es aquel que es feliz?”, pensé internamente y casi formo parte de su desliz, abran los ojos, no la boca y aprendan a descubrir estas verdades subrepticias que tienes siempre frente a ti.

  Si seguimos su concepto entendemos de taquito, que el hombre libre es el que no hace ni un ruidito, en base a la sociedad y está feliz con lo decidido y rige su vida bajo un trámite anodino. Lo político a este engendro le parece fenomenal, ¿la religión? Siempre a todas las misas va y en cuanto a lo social y grupos grandes, comparte con ellos cualquier pensamiento grande sea cual sea su argumento, si la masa va allí, él los seguirá contento para mirar de mala manera al hombre muerto que piensa diferente al resto y tomarlo como esperpento.

 Todo obtuso que observe esto de mis hechos no será testigo, reiterando las frases en el texto contenido; “El burro se está tranquilo una vez que ya ha comido.”   Pues cuando al idiota se le da caña, desvela al tonto volitivo. 

  En la sociedad actual los libres son marionetas, ellos lo crean o no,  son una función completa. Si están contentos en un mundo donde el marketing aprieta y los pseudo artistas son considerados como el Arte que llegó a su meta, donde el romanticismo apunta con una escopeta, a los textos como estos cuya composición completa parte en base de la verdad y no lo que el mundo interpreta; Su subjetividad no le convence ni aunque le den una fleta.

  La libertad en realidad no es ser capaz de ser consciente de tus actos, si no de sobrevivir y subsistir, no asentir cada tanto, porque hoy en día lo que no es estudio de la escuela es considerado algo tonto y los artistas reales son tapados por su manto. 

 El hombre en su estado natural busca sobrevivir sin que exista el bien o el mal, cabe exhibir, si todos estuvieran igual de iluminados entonces esa luz sería banal, inútil, es decir.

  No comprenden los conceptos que estoy por presentar, pues su seso es mero preso de ignorancia trascendental, pero de ahí mi intento de hacerlos reflexionar. Cedan paciencia con urgencia, no se arrepentirán.

 Desde la libertad uno elige lo que le afecta, en busca de su perfecta línea y su tortuosa meta, aunque soy la prueba viva de lo curva que es esta recta. Por más de mi poca demostración, el nihilismo es consecuencia de mi absoluta salvación, la carencia de sentido a lo antinatural de vivir no es más que naturaleza fría esperando para hervir.

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La coherencia del libre en realidad está controlada, porque el hombre libre en una sociedad siempre se encontrará en apretadas.

 El verdadero hombre natural es aquel que no se rige, ni por una religión ni por los astros en cuestión, que no hay politicismo que le haga sentirse arriba de un avión, cuando la luz les nubla la conciencia la oscuridad les brinda la salvación que no nos da la ciencia.

  Nuestra naturaleza está hecha para subsistir, donde el ser más fuerte que el otro nos permitiría existir, ahora el transcurso ha evolucionado y el hombre más poderoso en realidad no es más que un simple tarado. 

  Disculpen, por este heraldo tan tardado pero lo bueno siempre viene en el camino equivocado. Nuestra posibilidad de continuar en esta tierra es nula, si sigue siendo su mente incoherente la que nos ejecuta, ahora el concepto es complicado de entender, pero demostrando nuestro estado natural, su ignorancia tendré el poder de deshacer.

  En nuestros comienzos, el hombre más inteligente había conocido el fuego, era respetado por su tribu y ella al respecto, veneraba su poder y su gran conocimiento, pero el respeto ha cambiado en cuanto al descubrimiento.

  Luego, a raíz de su saber, la envidia en los demás comenzaba a enrojecer.

  Ahora que el fuego era algo promedio y sus usuarios a este le habían dejado de temer, lo que antes era magia, ahora nadie lo toma en serio. Siendo vano testigo de su rápida vejez. 

 El humano caminaba hacia su libertad, donde tan solo el tiempo regía su potestad, donde el destino más temible era el no ser capaz, porque la muerte en ese entonces no era siquiera capaz de representar a una amenaza para un simple rapaz.

 Cuando la sociedad comenzó a crecer; su mente hizo lo contrario, por miedo a destacar siempre seguían al populacho, creyentes de una tortura por ser de distinto pensar, pero no había castigo para tal iluminado. 

 Ese humano tan honorable se cambió, por una figura externa y ajena a la reflexión, cuando surgieron las primeras capacidades de un dios, o de varios, se vieron sumergidos en el Efecto Pigmalión.

 Comenzaron las primeras muestras del clasismo, mientras a su vez, aumentaba el racismo y su “natural” madurez, se perdió lo natural del hombre impío, con su cabeza sumergida en el Santo Río de algún tío.

 Esto derivó en lo que vemos hoy en día, creyentes de la felicidad y no de la filosofía, de que ser feliz es ser libre en esta vida, cuando tu libertad no aumenta con sonrisas.

 Son presos, de todo el marketing y su cobardía, afilan la alabarda de esta apócrifa melodía formada por moscas que ellos aceptan como liras, más allá de la subjetividad también se creen personas libres, por poder ir por la calle y jugar a ser viles, cuando un hombre en su naturaleza total, podría dominar el mundo si lo plantea como capaz, dejando a los otros viéndose como serviles.

 Lo anticuado no es una forma errónea de pensar y lo actual no siempre está errado, en gente como yo reside la responsabilidad de entender los dos conceptos y compararlos, compararse la falta de conocimiento por falta de recursos del mismo, a la ignorancia por querer y placer a la mentira que se presenta en esta sociedad, donde hasta religiosos  piden efectivo por pasantía, ¿Nadie ve lo que aquí presento? Que su libertad sea subjetiva es equitativo a un esperpento, pónganse a pensar como aquí les comento y comprendan que solo son hormigas pero de mejor aspecto.

  Horas de pensamiento al día, entrenando y en los días tortuosos, sangre desde mis heridas y lágrimas grandes como los osos, todo el día estudiando y reflexionando como un maldito loco para que vengas tú y tu puto argumento creyéndose fructuosos. .

  En este texto enorme de nada he sido esquivo, porque si esta es una biblia no es ni de suerte la de un pasivo, en este eterno libro mío interno de castigo, corono esta información como habilidad divina pero de un hombre impío.

  Tomado como un sinsajo, este texto cierra su relato, luego de extinguir a la falsa descripción de la libertad en una sociedad que no es más que una linda prisión.

(E. H. D. N. I)