Acá, en este crepúsculo que trae el atardecer sobre la costa de un río reñido, rebelde a veces para las canoas, me pongo a oír como el agua choca con la orilla.
En éste atardecer que busca desaparecer entre las islas y mi río Paraná, descansan mis tenues manos, tocando la arena mientras veo como el sol se esconde por el horizonte.
No hay aplausos para este deleite, solo admiración para otro atardecer al natural.
Pueblo chico, pero de grandes anoche-seres.
Autor: Nicolás
Pueblo Brugo.