Hoy te abrazo y siento mis hombros
Dios es la voz detrás de las voces
El sonido detrás del sonido de las miles de palabras sin alma que reparten los predicadores
Mi cuerpo es el templo donde el silencio crea de la nada
Mi pecho era el destino donde mi Dios me esperaba
Ahí estaba él, donde yo no estaba, había salido a buscarlo lejos
En las liturgias de las religiones, en cruces y copas de vino
Busqué lugares santos en palabras convincentes y estudios sin conclusiones.
La soledad, cuando es elegida, es amiga de los buscadores.
Los buscadores somos enemigos de las respuestas absolutas.
En ese blanco manchado con grises y destellos de luz, te encontré
Hoy hablamos de todo, siempre estas, sobre todo, cuando estoy sólo.
En el silencio, entre la pregunta y la respuesta, te encontré
No eras como me dijeron, eras distinto, simple, ordinario
Sin castigos ni formas, ni caminos angostos ni infiernos ni paraísos.
En el hueco, entre la pregunta y la respuesta te encontré, me encontré.
Hoy te abrazo y siento mis hombros
Mi pecho era el destino donde mi Dios me esperaba.
Nicolás Gonzalo toloza.