Hace más o menos tres días que vengo sacando una carta y la leo de un libro que explica la relación entre ese Arcano y la Astrología, me salió primero La Justicia, con la necesidad de hacer algo por mí, de equilibrar un momento, de abarcarme conscientemente, entre lo ilusorio que vive en mi ansiedad y mis pensamientos recurrentes y mi realidad que es una realidad sin pausa. Al otro día salió La Emperatriz, algo que me quedó muy latente es esta posibilidad de integrar la energía masculina dentro de la femenina, o sea que, todo polo tiene un centro que equilibra, en mi deseo existe la necesidad de actuar, en mi necesidad de actuar me mueve un deseo, me siento en mi plena existencia como alguien que seduce, no solo de forma material, sino espiritual, emocional, psicológicamente, un momento donde gestar y crear van de la mano, todo eso que vengo acumulando debe expulsarse, una especie de orgasmo emocional.
La idea es poder salir del auto boicot y empezar a creérmela un poco más, porque estoy a la altura, y sobre todo existen esas ganas de sostener el amor por la existencia. La Emperatriz es el placer de trabajar duro para conseguir algo que tanto anhelamos, y al mismo tiempo es el despoje humano de creernos poseedores de personas, de cosas, de ideas, de estructuras. A todo podemos aspirar y todo aspira a nosotros, es ver donde fluir.
Hoy me toco La Luna, como las cartas anteriores también anunciaban, me piden introspección, que me observe un poco más, que me registre en esta existencia. ¿Han alcanzado las emociones la madurez necesaria para abrir el corazón? Esta lectura es clara, balance, armonía y equilibrio y, por último, caminar hacia el alma.
En La Luna hablamos de habitar los estados más profundos de la personalidad, habla de una crisis, un sufrimiento que al final deja un aprendizaje, un momento bisagra. En el camino de los Arcanos Mayores cuando llegamos a La Luna es como que la conciencia transita por la última parada, la de entrar a revisar, de perderse entre las nubes de la alta montaña, de hacer un último recorrido por nuestra parte más oscura.
Desintegrar el ego es básicamente ser ese ego, hasta que esa estructura, construida a base de miedos, de recuerdos, de traumas, de conexiones y desconexiones se integre para entender algo que va más allá de lo que puedo ver a través de mi espejo.
Se anuncian noches oscuras
Donde no puede verse ni mi sombra
Ni mis pies
En el fondo es todo como un gran espejo
Una gran ventana
A una realidad palpable
La noche oscura está en mi cama