Comprendí que había acabado…cuando yo quise volar y vos quedarte en tierra.
No eres malo, ni el amor más oscuro. No me dañaste ni me marcaste rasguños.
Solo eres con quien compartí parte de mi camino, quién me acogió y cuido, pintando consejos y palabras; logrando abrir mis alas, para finamente, continuar sin ti.
Fuiste aquel árbol donde una oruga reposo, pero ya creció, y la mariposa simplemente, voló.