Ambos salen de la fiesta.
Se sientan en el cordón de la calle.
-No sabía que ibas a estar acá.
-Yo tampoco.
-¿Estas acompañada?
-No. -tomó un largo trago de la latita.
-¿Por qué desapareciste?
– Porque quería alejarme de vos.
-¿Tanto mal te hice?
– Si. Y seguís sin darte cuenta.
Las estrellas dejaron de bailar.