A falta de
un corte limpio
o por causa de
una dosis de brutalidad
se van desarmando lentas.
Se desgajan ensuciando
produciendo un caos
de elementos a carne viva
qué busca
tierras húmedas.
Quedan raíces
débiles, nacientes
limpias
o en putrefacción
(siempre)
es difícil
volver a empezar
después de haber sido
arrancada.
Terminar
es imperativo
con la ilusión de que el espacio que hacían las raíces
entre cada parte
de la tierra
sigue
como lleno de aire
esperando.