Cuerdas, muchas cuerdas

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Llego tarde. El flyer indicaba estar a las 20hs pero una sabe que el under es impuntual: quien dice ocho dice nueve, por ahí diez. A las once y media, pasada por agua, cruzo el umbral de Vuela el Pez. Ya habían tocado Goya y Chicos de la Oculta, le toca cerrar a Exótica. El centro cultural rebosa de jóvenes de ayer, florece un hippie tan chic que me es ajeno: blusas abiertas con aires de pirata, chalecos sastreros en tonalidades marrones y terracota, polleras larguísimas, encajes y pañuelos de chifón. Fuman, brindan y agitan sus melenas contra el frizz de la madrugada. Nadie canta, no hay vocalista.
Bajo, batería y tres guitarras se trenzan en melodías que conversan con Vulfpeck, Hendrix, la Blue Note y los grandes nuestros. Los temas son autónomos, existen por sí mismos y más allá de los vestigios de influencias que titilan como luciérnagas. El balance es perfecto. Dos guitarras se encargan de los riffs y la tercera rasguea una base a la par de los instrumentos rítmicos; el bajo —cohesión indispensable— las acerca a la percusión. Ahora las cuerdas se multiplican, uno de los integrantes alarga la correa de su guitarra hasta llegarle al abdomen y se cuelga en el pecho una criolla, alternando durante todo el tema entre una y otra. Los fotógrafos presentes se pegan al escenario. Van tomando velocidad, repiquetea el hi hat contra un bajo que toma cada vez más protagonismo. El tema siguiente es todo suyo, suena una progresión de acordes enrarecida a contrapelo de la cadencia que interpreta. Tiene una energía rara, levemente siniestra pero siempre muy vibrante. Queda en el aire aún después de haber terminado. Se presentan —Kid, John y Chulo en guitarras, Milo en bajo y Félix en batería— y amagan a despedirse cuando el público pide bis. Responden con un tema inédito dedicado a Masayoshi Takanaka, otra influencia fuerte de la banda. Termina el show, quedo intrigada.
A la salida me encuentro con un chaparrón terrible y con Kid, el flaco de las dos guitarras, que acepta responderme unas preguntas y, ya que estamos, tenerme el paraguas mientras anoto. Me deletrea los nombres que me faltan y me cuenta cómo surgió Exótica. Es producto, me dice, de cuatro años jammeando con John en distintas bandas y compartiendo un dúo de rock y blues: “cuando empezamos a componer canciones instrumentales se nos ocurrió contactar músicos y armar una propuesta nueva: tres guitarras y ningún cantante”. Han tocado ya en Makena, Saldías, Otra Historia y Carnal. El año pasado publicaron su disco homónimo y siguen trabajando en nuevas composiciones. También me adelanta las próximas fechas: el 4 de abril con Osa Blanca en Villa Crespo y el 29 de mayo en Makena. Esta vez no vale llegar tarde.

Imagen: https://www.instagram.com/acidqueenxph/

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