Quiero verte al rojo vivo, chamuscarte con la luz de mi deseo lacerante. Ver tu boca entreabrirse en un gemido, pegarme a tu espalda, a tus muslos, derretir mis dedos con los tuyos. Quiero verte burbujear, efervescer, hundirte en mi capricho, salir a flote chorreando por favores. Pedime, pedime, pedime que te apague y te encienda a mi antojo, de un soplido, de un sopapo, con un escupitajo o con la palabra.