¿No te contaron que volvió el rocanrol?

Estoy en El Emergente, veo el recital de Reybruja desde la escalera y no puedo dejar de pensar en que estamos viviendo un revival rollinga. Pero rollinga rollinga, stone no. Porque los stone —me explicó hace poco un flaquito— miran para afuera: tienen nostalgia por la Inglaterra del 69 y buscan parecerse a Mick Jagger y compañía. Los rollinga no, aunque hayan nacido también de los Rolling Stones no dejan de ser nacionales y populares. Son Los Gardelitos, Los Piojos, Callejeros, Intoxicados, Viejas Locas, y ahora Reybruja.

¿Nos tenemos que cortar el flequillo? No hace falta, abundan pelos largos, vaporosos, desmechados, con y sin flequillo. El movimiento excede lo estilístico, todas esas melenas son trenzadas por el rock. Se podría hilar finito y ver quién es stone y quién rollinga a partir de cuán prolijo esté el flequillo, cuán manchada de vino en cartón la ropa, cuán fuerte el olor a pucho en la piel, pero no viene al caso. Suena una armónica y me olvido de lo que iba a decir.

Mientras el chabón que tengo al lado trata de rascarse un punto jodidísimo de la espalda pienso: 1) en rascárselo yo, de favor, y 2) ¿será una condición indispensable para el revival este modelo económico tan hostil o se alinearon los planetas?

Este año se conmemora el vigésimo aniversario de Cromañón. Amazon Prime estrenó una ficción de la masacre que mezcla tragedia con melodrama y exhibe una dedicatoria únicamente para los sobrevivientes que han colaborado con el producto. Una falta de respeto. Pero logró que la juventud, tan curiosa como morbosa, se pusiera en tema. Abundan en tiktok entrevistas a los sobrevivientes. Quienes no tenían memoria del diciembre de 2004 empiezan a construirla. En el ínterin, se les pegan las canciones.

También se reunieron Los Piojos después de quince años sin tocar. Los recitales tuvieron lugar el 14, 15, 18, 21 y 22 de diciembre en el Estadio Único de La Plata. Sin Micky Rodríguez, pero con Andrés Ciro Martínez, Piti Fernández, Dani Buira, Luciana Valdés, Roger Cardero, Chucky de Ipola, Facundo Farías Gómez y Juan Manuel Gigena Ábalos. Con tres horas de duración y más o menos veintisiete temas, nuevos y viejos fans al fin pudieron despuntar el vicio.

“Parece ser que nos vendimos, que ahora tenemos plata”: Enzo Lupo responde a la queja del público por haber firmado con Sony. Reivindica la argentinidad y asegura que el rock barrial no va a morir sino expandirse. Reybruja es argentino como el Diego y las Malvinas, y eso no va a cambiar ni a gancho. Suena “Flaco (buscando plata)” y se arma pogo porque, naturalmente, el que no salta es un inglés. Para el siguiente tema llama a Dante de los Ryan, le pide ayuda para contar loquitas y cantan juntos “Loquita corré”.

Los veo juntos y se me ocurre que el stone es una versión light del rollinga, un poquito anémica pero muy sabrosa. Comparten sex appeal, ambos pegan saltos por el escenario revoleando la remera. Pero uno canta sobre el amor y el otro prefiere otros tópicos más picantes. Ambos habitan lugares comunes: le cantan a la rebeldía, a la juventud, a algún tipo de incertidumbre.

El punk también florece: cantar sobre no tener guita garpa porque interpela. No resuena un carajo escuchar música sobre levantarla en pala mientras no llegamos a fin de mes. Paso por la calle, veo autos de lujo sin patente y los quiero cagar rayando. Es momento de bailar con bronca, mi amor.

Volviendo del recital: el uber quiso sacarme charla y aproveché para llevarla para este tema. Me dice que está contento de que ahora los géneros converjan, ya no se pelean los rollingas con los heavys. “Antes, si eras fan de Soda o de The Cure, te cagaban a palos los fans de Los Redondos o Maiden. Ahora se juntan todos en el mismo recital”.

Tendría que empezar a hacer trabajo de campo.

Imagen: https://www.instagram.com/acidqueenxph/

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