Un poeta ama inyectarse las venas de poesía
Ese dichoso sentimiento de satisfacción cuando se termina una obra
En ese desquebrajado papel con ideas derrochadas y palabras escasas
Queriendo decir más de lo que se logra escribir
La voz atragantada
Un grito desesperado del alma
Un manotazo al aire con esperanzas de no ahogarse en la censura del corazón
Lo que más ama un poeta no es escribir poesía
Es la liberación de sí mismo
De las ataduras sociales que lo agarran del cuello
Quieren hacer que el romanticismo desaparezca en su inconsciente;
Con malos ojos se mira al que ama de más,
Al que expresa a borbotones se le condena
Y eso mata el espíritu
El poeta se rehúsa a abandonar su ser en el pozo infinito del desapego
Por más que el otro le convierta en burlas su arte
El poeta ama la revolución y ejerce una rebelión cada vez que su inspiración brota de sus poros
Qué magnifica la capacidad de romper las barreras de la timidez
Y enfrentar un mundo gris con poemas rebeldes.
Soy simple y complicadamente yo.