El partido interiormente lo di por terminado cuando Bolsonaro salió al campo en el entretiempo escoltado por una decena de trajeados. «Lula Livrê», cantaron brasileros y argentinos en relación al ex Presidente que lleva 450 días tras las rejas. Los menos aplaudian. 
Viajamos diez horas de ida y diez de vuelta por caminos de montaña con 30 grados desde Río a Belo Horizonte, ciudades grandes inundadas de trabajadores y dueñidades, tal como explica Rita Segato en relación a una coyuntura de poder en pocas manos.
No es sacrificio el viaje, es privilegio. 
Detrás de cada arco se congregaron más de cinco mil argentinos que quemaron gargantas. Entre ellos el «Tula», personaje que llevó el primer bombo a un Mundial en Alemania 1974. Previo al partido un recital juntó a ambas hinchadas que bailaron sin agresiones, custodiadas por un bar que no fue var. 
El festejo fue local con samba de fondo y alegría sin chicanas, más allá de las canciones en alusión a que Pelé tiene tres copas del Mundo y Argentina solo dos. «Penta, penta, penta», retumbaba en el Mineirao, imponente estadio.
Les brasileros tienen una pisca de buen humor, tal vez ayudada por el gran clima anual: en invierno hay entre 25 y 30 grados.
El país está dominado por iglesias y militares, las calles evidencian pobreza y riqueza en pocos metros. Es tal el congestionamiento vehícular que vendedores ambulantes salen a la ruta, porque todo es grande, todo es lento.
Si bien la selección no gana en Brasil desde un amistoso en 1998, da bronca perder de esta manera con una parcialidad tan evidente. Como dijo Lionel, jugadas decisivas que no volvieron atrás y como dijo algún tachero, el Presidente con menos popularidad necesita esta Copa.
Lo otro lo vieron, la falta de eficacia se paga caro ante un rival que dio vuelta de página después del 7 a 1 ante Alemania, mismo escenario que el de anoche. Nobleza obliga, el primero fue un manual perfecto y los locales no recibieron goles en el torneo.
Habrá revancha el año que viene, y se verá quienes siguen, pero el que se ganó el puesto fue Lautaro, de gran potencia. 
Argentina continuará en el podio con Uruguay en el medallero de la Copa América. Incluso sigue arriba ante Brasil en enfrentamientos en esta competición.
Ayer no se negoció actitud y las lágrimas de Paredes fueron un símbolo, porque el fútbol es injusto… pero todo se equilibra al final.