Crear un lenguaje que perdure en el tiempo y que sea incomprensible para cualquier otro terrícola. Que no existan unidades de sentido más significativas que las miradas, los silencios y las risas. Aprender el valor de un abrazo y de la caricia cuerpo a cuerpo. Que el corazón haga un piquete en el pecho buscando salir cada vez que te veo llegar. Ser la mejor versión de mí para poder compartirme y caminar juntos. Despertar con optimismo y soñar con esperanza. Tener un objeto contundente haciendo presión y desbordando toda la felicidad en el resto de la vida, como Arquímedes y su momento eureka en la bañera. Espejarse en las acciones más triviales, como bailar al ritmo de la música del momento o repetir al unísono una publicidad de más de veinte años. Pelar una fruta y servirla en gajitos. Transar las preferencias del mate. Hacer las paces con las diferencias. Elegirse de nuevo.
Quizás, nada.
Quizás, todo.
El corazón haciendo un piquete en el pecho jaja Me encantó.