Todavía tengo el libro

De tu autor favorito

En casa.

  

No debés haberte dado cuenta

Y aunque lo notaras

No me hablarías.

  

Lo encontré de casualidad

Buscando qué hacer

Sin internet.

  

Se lo había dejado a mi viejo

Para ver si lo leía

Algún día.

  

Ahora paso a informarte que

Ni siquiera sin internet

Ha vuelto a leer.

  

El otro día pasé por tu casa

Y no me tiraste

Con un árbol.

  

La mañana siguiente a la catástrofe

Quise saber que tu hogar 

Seguía en pie.

  

También estuve deseando

Que tus viejos 

Estén bien.

  

Unos días después me di cuenta

De que tu cuadra

Aún no tiene Luz.

  

El libro te lo voy a devolver

Cuando se me cante

(El orto).

  

Quien no te desbloquea en una catástrofe

No merece

Celeridad. 

  

Pareciera que le tenés más miedo

A mi cercanía

Que a la tormenta.

  

Fe de erratas:

Me complace anunciar que, de hecho, mi padre sí ha vuelto a leer y ningún otro más que el libro mencionado. Finamente, luego de 9 días sin cable e internet y habiéndole leído algunos capítulos en voz alta, la curiosidad fue suficiente tentación como para terminarse el libro prácticamente en una tarde. 

Postdata:

En relación a la corriente eléctrica en el domicilio del susodicho, carezco de información actualizada suficiente como para corroborar si la situación continúa en las mismas condiciones pero debo suponer que ya ha regresado a la normalidad.