El tren se ha detenido en el tiempo.
La ventana proyecta
otra estación despoblada.
El crujido de las hojas secas
agrieta el sendero. He arribado.
Me siento a la tibia sombra de un árbol.
Cerca se oye el rumor de la ciudad,
las voces, los animales y los días,
de la ciudad que el tren no alcanza.