Literatura

Animus derelinquendi

Amargas hieles del querer
que no es querido bebo,
si recuerdo el dulzor
que en mis labios
los tuyos han impregnado.

Y sangre en las manos tengo
por haber cortado
el sacro lazo
que del corazón
nos tenía amarrados.

Lo que hoy es sombra en desenfado,
será que mañana sea
el fulgor de distancia
que ilumine mi alma.

Si con indecisión
te has marchado,
no vuelvas una vez
las culpas hayas purgado.
Márchate y no mires las ruinas
que detrás has dejado.











Sebastián B. Gonzalez

Fui, vi y no vencí

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