Ni a uno ni a otro
Indiferente
en silencios reconvengo
al que sin tretas
el corazón me oferta
y sin embargo, elijo siempre
a quien no me quiere.
Indiferente
le soy a quien
el corazón desnudo ofrezco,
Mas quisiera
que con ternura
alguna vez me viera,
en cambio obtengo
frío puñal hundido
en el pecho
si sabiéndome de espinas
a uno hiero,
para el otro suaves pétalos
me vuelvo,
así me pierdo en fatal cisma;
ni al que a mí me hiere doy olvido,
ni al que a mí me quiere doy por querido.
Fui, vi y no vencí
