Tengo una cicatriz en mi ceja derecha,
y dos lunares debajo de ese mismo ojo.
Un ángel muerto ocurriendo en los hombros.
Reptan fantasmas por entre mis cosas.
Tengo pasados que ya no me pertenecen.
Guardo cartas sin entregar y canciones sin escribir.
Tengo amigos imaginarios que me abrazan.
Tengo amigos de verdad que me curan.
Tengo palabras favoritas, consentidas entre tantas.
Hay una palabra que detesto: Concatenación.
Viajo de noche en colectivos vacíos.
Hay personas que inventan formas de no estar.
La ternura es el asunto más importante.
Me gusta mirar por las ventanillas.
Tengo una tristeza que crece por temporadas,
luego se retira y se siente como abrir las ventanas de casa
después de mucho, mucho tiempo.
Dejé la sustancia pero no así la adicción.
La mayor parte del tiempo estoy cansado.
El corazón se rompe y vuelve a armarse.
La angustia ocurre. La felicidad también.
Soy un compendio de lugares comunes.
O un abanico de lugares tristes, fríos, abandonados.
El humor me salvó la vida muchísimas veces.
Boca es campeón mundial y yo también.
La poesía es un abrazo.
Creo en el amor y el amor salva.
Tengo pocas cosas.
Tuve algunas vidas mejores que otras.
Aprendí que irse es apagar un incendio a tiempo,
pero un poco de humo, casi siempre,
terminas por respirar.