Durante estos días estuvimos transitando la energía de Cáncer y eso significa que el sol en su recorrido aparente alumbró esa energía, la hizo visible y la volvió más palpable.
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El sol es como un reflector galáctico que mes a mes le va dando protagonismo con su luz a cada uno de los signos del zodíaco.
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Por eso podemos percibir que durante este mes la energía de Cáncer se hizo notar especialmente.
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Cáncer es el cuarto signo del zodiaco y como tal debe continuar el camino que inició Aries y sostuvo Tauro y diversificó Géminis. Pero dará un nuevo paso.
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Recordemos que Aries había iniciado su camino de manera explosiva, era ese explorador que debía atravesar la selva cueste lo que cueste. Luego Tauro llegaba a un lugar seguro donde detuvo su marcha para contemplar aquello conseguido, reponer energías y disfrutar lo que tenía. Y finalmente Géminis volvió a ponerse en movimiento y quiso explorar y conocer todas las opciones que tenía a su alcance y descubrir otres exploradores semejantes con quien intercambiar experiencias. Pero no puede abarcarlas todas, llega el momento de elegir, seleccionar e identificarse, de encontrar aquellas con quien compartir un pasado, costumbres y ser familia. Es necesario pertenecer a un lugar en donde sentirse segure, nutrirse y poder crecer. Eso hace Cáncer.
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Cáncer debe decidir a qué grupo pertenecer y con quien hacer familia. Y para eso habrá que discriminar y dejar afuera opciones. A partir de ahora hay un adentro y un afuera. Adentro: lo similar, lo seguro, lo conocido. Afuera: lo otro, lo distinto, lo ajeno.
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Así es Cáncer: suceptible, memoriose, selective, nostalgique, nutricie, protectore, temerose, soñadore, perceptive, calide, timide, reservade, sectarie, apegade, confiable, descondiade y mucho más.
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No hay buenos y malos en la energía, hay etapas necesarias en el proceso de evolución. Y la función de Cáncer en este proceso es proteger, cuidar y nutrir aquello que se seleccionó del estado anterior y conservar esa energía elegida. Está en nosotres hacer un uso consciente y responsable de esa energía disponible. En el comienzo de la civilización, el clan y la identificación con un grupo nos permitieron generar identidad y reconocernos, pero esa misma pertenecia encontró une otre distinto, y esa diferencia dio lugar a las guerras, la xenofobia y la discriminación en todas sus formas. De igual manera pasa con la energía de Cáncer.
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Durante su periodo podemos prestar atención a toda esa energía Canceriana que circula a nuestro alrededor (desde compartir en familia una receta tradicional hasta encerrarnos en nuestro lugar seguro y no darle espacio a aquello que se nos presenta diferente). Agudicemos más que nunca los sentidos y el alma para conectar con esa energía de manera decidida y consciente. Es un tiempo para nutrir(nos), cuidar(nos) y mimar(nos). Pero si notamos que estamos viviendo el costado más huraño, intolerante, o castrante tenemos la responsabilidad de controlar esa energía disponible y darle un cauce más productivo.
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Si tenés mucho Cáncer en tu carta o una Luna muy presente, esas características son muy cercanas a tu vivencia, pero si no es así es un buen momento para buscarlas e incorporarlas conscientemente. Todes tenemos todas las energías en nuestra carta y es nuestro trabajo evolutivo sacar de ellas el mejor provecho posible.
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Otra información que resulta muy útil es saber en qué sector de la carta tenés esa energía. Qué área de tu vida se iluminó en este mes. Qué cosas te dan seguridad y protección, desde dónde nutrís tus ciclos personales y con qué te identificás.
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Si no sabes dónde está la energía de Cáncer en tu vida escribime y lo descubrimos juntes.
