Me miras.
Te doy la espalda intentando ocultar la agonía que llevo por dentro.
Pasas a mi lado.
Yo cierro los ojos dando un suspiro profundo
e intolerable de mí mismo, por ser tan estúpido al no decírtelo.
En ese instante entre que te acercas
y yo termino de desenmascarar mi asombro ante tu presencia, que no es otra cosa que un segundo en el que no sé como haces pero te induces en mi alma y me despiertas,
solo hay un uno por ciento de ti, y un noventa y nueve por ciento de ausencia.
Vuelvo a abrir los ojos,
y puedo desde lejos notar en tu mirada
que ya has encontrado para tu lectura de hoy,
un libro mejor que yo.
-Victoria Abecia
Vic vickytoria
– Es la palabra antes que tus labios la suelten.