Maldita esta cabeza dividida.

Duele tanto cada acción decidida.

Cuando quieres ser una cosa.

Pero siempre actúas de otra forma.

El infierno me llama.

El diablo me habla.

Los Angeles me cuidan.

El cielo me aguarda.

Ni bueno ni malo

Camino sin sendero

Con tropezones y caídas

Añoro el cielo.

Reza, el abuelo.

Que el nieto logre salir del agujero.

Lo siento, o lo dudo.

Escucho su llanto.

Lo siento, no tanto.

¿serán las llamas, las que me queman tanto?

¿Será la luz purificando este ente?

Pero de a ratos mi cabeza no se arrepiente.

Aunque a veces trata.

Ya no se que lado despertara mañana.

Ya no se.

Ya no se si esta cabeza quebrada.

Podrá ser suturada.

 Creo que ya tengo hasta el alma rasgada.

Lucho por unir mi sombra a mi luz.

Maldito este karma.

 Debe ser esta mi cruz.

Un libra con la balanza aberiada

Ya no encuentro mi equilibro

Extraño estar ebrio.

No, no es eso.

Extraño beber en exceso.

Para apagar esta voz que tortura.

Solo es eso.