Amar a una rescatista

Amarte es mirar los ojos de la muerte constantemente.

No comprendía lo efímero de la vida hasta que te conocí.

Tenernos es vivir un eterno duelo que cada vez parece más vanal.

No comprendía lo poco que vale la vida hasta que te conocí.

Ya no hay lágrimas ni sentimiento que puedan abrazar tus perdidas.

No comprendía lo mucho que vale la vida hasta que te conocí.

 Amarte es ser consciente del oxígeno que respiro,

darle entidad a la paloma muerta en la vereda,

llorar la perdida de la existencia ínfima de los ratones,

encarnar el dolor de los explotados y utilizados.

Amarte es, por primera vez, amar la vida.

Encontraste tu razón de existir, es preciosa y cruel.

No puedo hacer nada mi amor, soy cobarde, solo me siento y contemplo la insuficiencia humana.

Vos podés hacerlo todo.

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