me levanto temprano, muy temprano
antes que el despertador
me dispongo a desayunar y noto que mis uñas están despintadas
agarro el esmalte para arreglarlas mientras tanto
tengo que tener mucho cuidado, después de la segunda capa cualquier cosa puede correrlas
las superficies son peligrosas
doy una mordida a la tostada
siento que tengo mermelada en un costado de la boca
no me limpio, no sea cosa que…
pienso en el día largo que me espera
sé que no voy a poder dormir la siesta y pienso si me sentiré chinchuda
bostezo y me estiro mucho, muchísimo
levanto mucho mis brazos
mis manos
hasta que me doy cuenta: manché las nubes blancas de rojo con mi pintura de uñas
me preocupo, no sabía que estaban tan frescas
soplo muy fuerte y solo consigo que se manchen las otras nubes que estaban cerca
pienso ¡qué voy a hacer!
escucho que la radio que puso la vecina anuncia en las noticias: es el fin del mundo, el cielo está cubierto por nubes rojas
en la ciudad cunde el pánico
la gente reza
las iglesias se llenan
empiezo a desesperarme, ¿quedarán manchadas las nubes? ¿lloverá rojo? ¿y si, efectivamente, generé el fin del mundo?
me tapo la cara con las manos
descubro que, además de haber causado el apocalipsis, todavía tengo la boca llena de mermelada