Nosotros, los aborrecedores de la lluvia, no tenemos remedio, ya que, por más de tener de medida preventiva salir todos los días con paraguas, en el caso de que ocurra lo jamás deseado ¿Qué nos garantiza, aun así, no mojarnos?

Tal vez, y solo tal vez, la vida se pueda simplificar con esta tragedia.