Hoy me desperté con la cabeza llena de palabras
-lo que no es para nada raro,
porque vos sabés que mi cabeza estalla todo el tiempo-.
Pero hoy esas palabras me gritaban que las pusiera en papel
IN ME DIA TA MEN TE
Bueno, está bien, pará un poquito
No suelo cuestionar a la vocecita
pero a veces es muy demandante
y caaaaaaansa
(como ahora mismo)
Ella sabe lo que me cuesta
poner en palabras
el caos que me genera
pero me lo exige igual
Lo bueno es que a vos no te importa
cuando te comparto esta vocecita loca
que me martillea la cabeza todo el tiempo.
¿Sos feliz conmigo? ¿Estás seguro?
¿Muy seguro?
Te dejo un ratito para que lo pienses
pero pensalo bien
¿Lo estás pensando bien?
Y te reís y me abrazas fuerte y me decís
«qué bobi que sos»
y la vocecita dice «soy mucho más que eso»
Entonces llega la pregunta
la que escuchaste incontables veces en los últimos meses
¿Crees que estoy loquita?
Y te reís
y me mimas
y yo pienso
«qué suerte que tengo
el día que deje de reírse de mis ocurrencias
no voy a tener nada más que ofrecerle»
porque esa vocecita nos acompaña a los dos
siempre
constantemente
y la mayoría de las veces
no es necesario que te lo diga
te das cuenta con solo mirarme
que me están pasando ochenta y dos mil cosas por la cabeza
y te las pregunto todas juntas
o no te pregunto nada
respondes pacientemente a cada una
y de repente
¿No te canso?
¿No te aburro?
Y tu risa siempre es la respuesta.