Presente.
¿Dónde estoy?
¿En qué punto me encuentro?
Perdí los puntos cardinales en este conjunto de peripecias al que llamo “vida”.
Perdí el norte, el sur, y mis creencias
Perdí el este, el oeste y mis amores
Perdí, hallé, tiré, corrí, busqué, sentí.
Me moví tanto, estando en mí mismo
que ya no siento que avanzo sobre el mundo
sino que es el mundo el que avanza sobre mí,
mientras yo permanezco en el mismo lugar.
Pasado.
Quieto al moverme, pienso:
¿Qué soy ahora?
¿Qué pude haber sido?
¿Qué podría ser si hubiera sabido que podría haber sido algo más?
¿Qué?
¿Qué hubiera cambiado?
Habría madrugado más.
Habría trasnochado más.
Habría hablado más.
Habría escuchado más.
Me habría moldeado con la suavidad de un escultor
reventando el mármol sin descanso para crear algo perfecto
Para ser perfecto.
Porvenir.
No sé qué es exactamente lo que estoy haciendo, realmente no tengo una idea formada de como jugar a este juego que te da una pelota en un tablero de ajedrez y te deja a tu suerte a ver si ganas la partida.
Tampoco sé lo que significa “Ganar” en éste juego.
¿Plata? ¿Noche? ¿Amor? ¿Salud? ¿Trascendencia?
“Tener éxito” escuché por ahí
¿Y el éxito?
Te pregunto.
Y así empieza el viaje, haciéndote las preguntas que son (O al menos parecen) las correctas.
Por ahora, ganar viene significando amar y ser amado
y tener éxito viene significando que a la gente le guste lo que escribo
Contame, para vos, ¿qué es la victoria?