Tanto miedo me tenés
que te escondés en tus ideas,
en la imagen que tenés de mí,
una sombra que no querés ver.
Tanto miedo te da
que no querés conocerme,
que no podés abrirte,
no amás lo que soy,
no podés liberarte.
Tanto miedo tenés
que no te acercás,
no me tocás.
Sé que soy fuego,
pero juro que no te quemo.
Tanto miedo te da
verme en un pedestal,
como diamante en bruto,
hermoso y frágil,
como si al tocarme
me rompieras.
Tanto miedo te da
que soy ese rompecabezas
sin una pieza
que siempre querés resolver,
pero no podés.
Tanto miedo te da
pensar que soy un cuento de hadas
que se termina cuando la magia pasa,
cuando se apaga el enamoramiento.
Tanto miedo te da
creer que soy como una vaquita de San Antonio,
que al mínimo cambio
se va a volar.
Tanto miedo tenés
de que no sea lo que vos querés.