Mi amiga Maite me pasó una receta muy simple y muy buena que os voy a dar.

Se trata de hacer panqueques (o crepes, o “rapiditas”, o wafles, etc.) usando harina de garbanzos en vez de otras.

Con estos ingredientes se hacen unos cuantos: dos tazas de harina de garbanzos, dos de agua y media de aceite, una cucharadita de sal.

Se mezcla todo bien con licuadora, procesadora o a mano y ya está. Si lo dejás reposar 15 minutos y lo volvés a mezclar un poco justo antes de prepararlos, la cosa mejora.

No quedan muy flexibles, pero los podes doblar a la mitad sin problemas, o doblarlos tipo canelón si lo haces en caliente. Si los querés más flexibles, podés sumar un huevo a la mezcla.

Si los vas a rellenar con algo salado, les podes poner también media cucharadita de pimienta negra molida y una cucharadita de ajo en polvo. Si los vas a hacer dulces, le clavás una cucharada de azúcar y un toque de esencia de limón.

Cuando los cocines -en una sartén de teflón o una bien engrasada con un toque de manteca- regulá la cantidad de mezcla para cada panqueque. Si los hacés demasiado finitos como una crepe común se te van a romper.

Esto sale muy barato, y tiene una gracia adicional que es el gustito ese a humus. Si ese gustito te cabe, vas a estar chocho con esta recetita.

En cuanto a los rellenos, dulces o salados, sería bueno que tengas presente que la crepe tiene reminiscencias árabes, y por lo tanto quedarán mejor si el relleno va por ese lado.