La sanación nunca es lineal, y lo sé porque estoy escribiendo esto con lágrimas en los ojos cuando pensaba ya haber superado lo vivido. Dicen que el tiempo lo cura todo, sin embargo a veces ese tiempo es más corto para algunos y más largo para otros. A lo que antes llamaba «amor» e incluso un apodo peculiar que prefiero no mencionar, ahora le digo «sujeto», «moco», entre otros términos. ¿Cómo alguien a quien he querido tanto se convierte en un extraño? La persona que es ahora, no es la misma que conocí en Septiembre del 2022.
¿Me duele él o me duele mi persona? ¿Me duele haberlo perdido o me duele haber permitido en mi vida tanto tiempo a alguien que no me sumaba pero que quería con todo mi corazón? Antes formaba parte de mis objetivos, ahora solo forma parte de mis recuerdos. Si bien es cierto él no fue el único que falló, yo tampoco soy perfecta, sin embargo siempre traté de mejorar y él me hacía sentir como si no ¿Por qué lo permití? No puede ser miedo al abandono porque se estar sola, lo estuve 3 años seguidos, sin embargo cuando lo conocí, fue después de tiempo que quise intentar algo con alguien nuevamente, quise sentar cabeza. Realmente quería que sea él.
Ahora es un completo extraño, lo poco que había de él se esfumó una noche cuando salimos por el cumpleaños de un amigo. La noche en que de cierta forma le hice daño. La forma en la que me miró y lo que me dijo me hicieron confirmar que él no era el chico que conocí el año pasado, no había forma que sea él, no era el chico del cual me enamoré. ¿Quién eres?
Una culpa me carcome desde esa noche, me duele haber dañado a alguien que quise muchisimo, me duele haberle dado 1 razón para odiarme; sin embargo, él me dio más de 4 y no lo odio, no podría; pero le tengo miedo, mirada de odio, decepción, ira generaron en mi ese sntimiento de temor y realmente me duele temerle porque antes me sentía protegida en sus brazos. Cada que me abrazaba sentía que podía descansar en paz. Ese manto de protección se transformó en una bestia con colmillos filudos y garras enormes, ya no era mi manta y yo ya no era su princesa.
A pesar de todo esto se que estoy sanando, ya no lo pienso casi nunca pero cuando lo hago me invaden tantos sentimientos que, como hoy, hacen que colapse. No espero volver a verlo, estoy bien así.