En los finales de todo

hay un nuevo comienzo

que no mata a lo anterior,

sino que lo deja gravemente herido.

Y así es como comienza en cada ser

un cuestionamiento que desborda los sentidos

como agitar ebrio un millar de avisperos

Que soy? ¿Quién soy? ¿Qué debo hacer?

Ironicamente ese “que soy” es el primer aprieto

Que soy? UN CUERPO, sinfín de movimiento

Fuerza, calor y todos los sentidos

Necesidad de contacto, pasión, encuentro.

Elección, percepción y deseo.

Corazón que mueve sangre, agitando el cuero

que ayuda a moldar cuál ignaro alfarero,

mutilando y parchando tras cada suceso.

Mente que observa y acumula momentos,

ávida y codiciosa acumuladora de conocimientos,

más curiosa como un felino ante lo nuevo.

Pensamientos que danzan y chocan,

una ideología que crece y cuestiona.

Una voz que busca callar el silencio

con sus mil y una preguntas.

¿Quién soy? Eres tu “yo”, el ser que habitas,

pero también eres el «tú” de alguien más

Quizás ese “aquel” para aquellos que no te aprecian

o “el/ella” de quien te haya visto pasar.

Y esto nos lleva a la gran pregunta final…

¿Qué debo hacer? Vivir. De eso se trata preguntar,

somos una gran duda que quizás nunca se pueda contestar.

Solo sé lo mejor que desees soportar,

encuéntrate en cada ser que te puedas cruzar,

Aprende, crece, sorpréndete y nunca te olvides de amar.

Imagen «Departure of the Winged Ship» Vladimir Kush