Intenté escribir tantos versos… y ninguno sale como me gustaría: expresando la sensación interna que atravieso por la existencia de un sujeto al que le soy indiferente o, por lo menos, mi presencia no despierta quizás (no lo sé) lo que quisiera.
En versos y pensamientos aleatorios, que casi descarto, voy a tratar de construir los espasmos heterogéneos que me invaden de tanto en tanto.
Le escribí estas palabras a mi amor
sin creer en el posesivo «mi»
en lo referido al amor
y sin siquiera tener la esperanza de
un presente o futuro «amor» con esa persona,
pero me obstino en decirle «mi amor»
como si la palabra lo hiciera un poco real
El corazón le canta a lo que no me conviene
porque mi amor es incompatible conmigo
Entonces, no hay posibilidad de un «nosotros»
porque mi amor va y viene
porque mi amor es un tal vez cíclico
porque fuerzo mi mirada para ignorarlo
pero su existencia, lastimosamente, no me es indiferente
Quisiera decirle a mamá que esta persona me tiene triste y a maltraer, pero mamá no entendería por qué su hija querida está atravesada por un trozo de rama añeja y marchita. Es que, yo sé mamá que no tiene sentido, que no vale la pena, que no me merece, pero ¿por qué se me remueve el pecho cuando lo veo?
En la canción «Yo te espero» Chano canta «aunque no escuches la canción, yo te la escribo para vos»… Estas oraciones, estos versos, todo este contenido en su totalidad tiene el mismo espíritu que esa frase: aunque no leas los escritos que salen de mi corazón, yo te los escribo para vos… Aunque, no sepas si es para vos o alguien más, porque sospecho que eso nunca lo voy a confesar.
Nos imaginé tomando café
en tazas rojas y negras
sonriendo y escuhando música
Podría decir que trato de encontrar en otras personas
tus abrazos perdidos
pero para buscar un objeto perdido
este, primero debería haber existido
Me queda imag-
imag-inar
crear imag-enes
que me pertenecen más a mi que a vos
No es sensato anhelar
desde el dolor
ni imaginar lo irrealizable
por deseo
Pero acá estoy, encerrada en una gota de recuerdo
Atrapada en una gota de recuerdo
la tomo en mis manos
me hice lágrimas
para que la gota nadara dentro de mi
me hice terreno seguro
para que no corriera el riesgo de romperse
Me hice lágrimas
rompí mi piel, la transformé
para cuidar a la gota
Soy líquido
habitado por esa gota
fluyo hambrienta de materialidad
pero qué inútil es fluir del caos
cuando miro a un costado
y él, tímido y silencioso, no me devuelve la mirada
¿Será que existo en su mirada? Es la intriga la que me aprisiona. Soy joven todavía y los años que me quedan por delante se van a reír de mi pequeño padecimiento actual, lo sé. Aunque, también sé que todo lo que nunca va a hacer es hablarme con el corazón en mano, sanar lo suficiente para buscarme, mirarme junto a una caricia en la mejilla ni… ya fue suficiente, no puedo continuar enumerando todo lo que nunca va a ser.
Todo lo que no es posible
Todo lo que no es posible es mi amor, que nunca llegó a ser amor, sino deseo prolongado en el tiempo. La frustración de lo que podría ser o lo que no me animé a hacer en un pasado es lo que hay.
Todo lo que es posible
Si me preguntan todo lo que es posible hoy, solo puedo decir algunas cosas: mi silencio y distancia prudencial, un saludo de conocidos, una charla circunstancial, un encuentro casual por las calles y nada, nada, pero nada más.