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12 razones por las que el 15J se acaba el modelo actual de Milei

Cómo ya dije en el artículo anterior, el 15 de Junio de 2025 encenderá la mecha de la bomba mileísta que detonará el modelo económico actual de Caputo (como el 27M desmoronó el carry trade y el crawling peg), conllevará una devaluación de magnitud desconocida y obligará al gobierno a tomar medidas económicas que se saldrán de su visión dogmática libertaria.

Pero vayamos con las 12 razones:

1. El mayor vencimiento del año: 9 de julio

Ese día el Tesoro debe afrontar más de USD 4.300 millones entre Bonares y Globales. No es solo una cuestión de pagar o refinanciar: es una prueba de fuego para la credibilidad del modelo Milei-Caputo. Si no hay renovación masiva, el drenaje de reservas será visible e inocultable.

Las fechas cercanas al pago —y las posibles filtraciones de cuánto se logró refinanciar— pueden desatar nerviosismo en el mercado incluso antes del 15J.


2. Vence el bono TZX26: presión extra sobre el gasto

El martes 15 de julio se paga el bono CER TZX26, que ajusta por inflación. Este tipo de bonos genera presión fiscal por su actualización constante y se transforma en una señal para los mercados sobre la capacidad del Estado de seguir cumpliendo.

Además, obliga al gobierno a convalidar tasas en pesos elevadas o asumir el costo político de dejar caer la renovación.


3. Fin de las LEFI: un instrumento menos para contener la presión

Las Letras de Fijación (LEFI), que funcionaron como dique contenedor en los últimos meses, dejarán de colocarse a partir del 10 de julio. Su desaparición obliga al BCRA a buscar otros mecanismos para absorber pesos.

Hasta el 17 se espera que los bancos puedan renovarlas, pero sin nuevas licitaciones, el mercado quedará más expuesto a los vaivenes cambiarios.


4. Reservas alquiladas: la mentira que no aguanta más

Gran parte de las “reservas” del BCRA son préstamos temporales, como REPO o pases con bancos extranjeros. No son dólares disponibles, sino prestados y con vencimientos próximos.

El mercado ya sabe que esas reservas no sirven para resistir una corrida, y si se suma una fuga, el castillo de naipes se cae.


5. Un nuevo carry trade que se extingue con consecuencias graves

Las tasas ya no alcanzan para retener inversores si hay expectativa de devaluación. Si el mercado ve insostenible el tipo de cambio oficial, se desarma el carry trade y se gatilla una salida de pesos hacia el dólar, como en 2018 o 2023.

Si empieza a subir el dólar, y todo indica que eso empezará a pasar, ¿cuándo tardarán los ciclistas en volver al dólar y meter presión a la devaluación?


6. Turismo emisivo en vacaciones: más presión sobre el dólar

El 15 de julio encontrará a más de la mitad de las provincias argentinas en plena temporada de vacaciones. Y con un dólar oficial artificialmente bajo, habrá más turismo emisivo que receptivo.

Los dólares se irán en pasajes, consumos y tarjetas, sumando presión sobre unas reservas ya agotadas.


7. El aguinaldo no se gasta como quiere el gobierno

El gobierno espera que el aguinaldo se use para pagar deudas. Pero muchos lo usarán para comprar dólares, viajar al exterior o importar bienes y servicios. Es dinero que se va en una economía frenada y con una brecha creciente.

Una parte irá a atesoramiento, otra a importaciones, y otra a gastos que empujarán la salida de divisas.


8. El aguinaldo estatal golpea las cuentas públicas

Además de los efectos en el mercado, el pago del aguinaldo a estatales representa una carga fiscal considerable. El gasto se concentra justo cuando el gobierno intenta sostener el “superávit mágico”.

Esto puede generar más emisión o más ajuste, ambos escenarios con efectos recesivos y desestabilizadores.


9. Fin de la cosecha gruesa: vuelta de retenciones

Ya no entran más dólares por liquidación de soja. La etapa de mayores ingresos por exportación terminó, y lo que sigue es una baja estacional marcada. A esto se suma la reimposición de retenciones, lo que desincentiva nuevas ventas externas y reduce el ingreso genuino de dólares.

Esto deja al gobierno sin una fuente genuina de dólares justo cuando más los necesita para cubrir vencimientos, sostener el cepo y defender el tipo de cambio.


10. Especulación en torno al FMI

El Fondo Monetario postergó su revisión. La falta de una fecha concreta agrava la incertidumbre. Se especula con waiver, revisión técnica o presión para devaluar. Sea cual sea la resolución, no llegará antes del 15J, y el mercado se adelanta a los hechos.

Pero mucho no pueden postergar la revisión porque eso demora el nuevo desembolso del FMI, que el gobierno necesita sí o sí, y no sólo para engrosar reservas.


11. Período históricamente deficitario

Julio es un mes que suele mostrar déficit por razones estacionales: menos recaudación, más pagos, menos ingresos por exportación.

No es solo historia: los datos de años anteriores muestran que el segundo semestre arranca en rojo y que las crisis que no empezaron en junio, arrancaron en julio.


12. Repatriación de capitales por cierre fiscal en EE.UU.

El cierre de trimestre fiscal en EE.UU. obliga a muchos fondos a repatriar ganancias. Esto implica venta de activos argentinos o mercados emergentesy retiro de divisas. Suele ser temporario, pero en un contexto frágil como el actual, agrava la presión sobre los dólares del BCRA.

Y esta vez, ni siquiera queda relato para disfrazarlo.

Escenarios posibles a partir de 15J:

Escenario 1: Ajuste controlado

El gobierno reconoce la realidad y permite una devaluación acotada (≈15–20%) del peso, llevando el tipo de cambio oficial a un nuevo nivel de equilibrio. Podría acompañarlo de medidas para aliviar tensiones: por ejemplo, anunciar un paquete de financiamiento externo (otro repo, venta de activos, préstamos puente) o incluso nuevas regulaciones cambiarias temporales para frenar la demanda (un giro hacia más control, irónicamente). Este “sinceramiento” del dólar sería doloroso (reactivaría la inflación en el corto plazo), pero tal vez restablecería cierta confianza si se comunica como parte de un plan sostenible y con apoyo del FMI. El modelo Milei entraría en una fase 2, abandonando la paridad semi-estática y aceptando más volatilidad cambiaria en pos de conservar reservas. Habría un punto de inflexión claro, pero podría presentarse como un “recalibramiento” del plan original hacia algo más realista.

La devaluación de CFK-Kicillof en 2014 y la de Milei-Caputo después del 27M entrarían en esta categoría.

Escenario 2: Crisis desordenada

El gobierno intenta aferrarse al esquema actual (dólar quieto, altas tasas) pese al cambio de condiciones, hasta que el mercado lo sobrepasa. Esto implicaría saltos cambiarios sucesivos: el 15 de julio podría verse una escalada abrupta del dólar paralelo (y eventualmente del oficial si el BCRA cede), quizás del orden del 20% o más en pocos días

Ante la pérdida de reservas y credibilidad, los agentes podrían seguir dolarizándose, forzando nuevas devaluaciones o vaciando aún más las arcas del Central. En este escenario, se reenciende una espiral inflacionaria y probablemente se rompe el acuerdo con el FMI, al menos temporariamente, por desviación de metas. El gobierno Milei se vería empujado a medidas de emergencia incoherentes con su orientación liberal (control de capitales, reperfilamiento de deuda en pesos, etc.), marcando un quiebre total del modelo original. Sería, en la práctica, reconocer el fracaso de la estabilización estilo “tablita” y entrar en modo de gestión de crisis.
El ejemplo más claro y reciente es Macri-Caputo 2018/2019.

Demian González

Publicista en Buenos Aires por dinero. Escritor, chef y peronista amateur.

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