Amanecer

Dicen que al amanecer, el dolor se va.

Pero no es así: se refuerza, se recrudece

La angustia te paraliza, sientes el corazón estrujarse y querer romperse

Querer llorar pero las lágrimas no salen, si no es por la angustia, es por la impotencia.

Todo se agudiza 

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