Raros
Me dijeron que era rara por no tener uno, me importó tanto que al volver a casa comencé a buscarlos
—A las doce tenés que llegar a casa —dijo su hada madrina, o quizás la pobre madrastra de Cenicienta, totalmente
Nada de opiniones ni juzgamientos; me gusta tener un panda en la espalda, ya se lo dije a mi médico.
Habrán leído en un manual de objetos la utilidad de cada cosa inerte, aunque es posible que no lo razonen,
Pueden leer más de mis escritos en Instagram: mil_rosass Desearía interrumpir ese momento perfecto, ponerme una venda en los ojos,
Hoy, estos límites de terreno, paredes y una puerta, son todo el panorama mientras que, afuera, monstruo invisible mata selectivamente
Hace unos días me ubiqué en el asiento número nueve de un bondi que iba para Colonia. Atrás mío se