Los otoños de Bahía se tiñen de marrón.
Veredas vestidas en color sepia,
hojas en ocre, amarillas y bronces.
El viento como protagonista
sabe que es bahiense
busca su “gloria mundial”.
Ramas al desnudo,
listas para vestirse de Gala
pero la primavera esta lejos
debemos pasar el invierno
hay que estar preparados.
El frío se hace presente,
bufandas, camperas y guantes.
El Sol siempre da su calor
aunque cada vez menos,
días duros se acercan.
La naturaleza nos dice,
que la pérdida es lo habitual
aunque muchas de ellas nos duelan
porque para florecer otra vez,
hay que aprender a soltar.
Eso nos enseñan los otoños bahienses.