La ridiculez del amor radica en su fugacidad.

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El pesimismo: una ciencia del desencanto.

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El universo solo se expande para demostrarnos que nada puede escapar a la soledad cósmica.

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Volver a la coraza de oscuridad tras haber visto un halo de luz: acto de nobleza.

Destruir la coraza de oscuridad tras haber visto un halo de luz: audaz, pero peligroso.

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Vislumbrar la última oscuridad de la noche: hecho poético por excelencia.

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El pesimismo pone todo en su lugar, ya sea hombre o gusano.

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Abrazar las tinieblas y rezar: la soledad se debe responder con más soledad.

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Ser un Wherter a medias: amar, pero sin la capacidad del suicidio.

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¿Por qué nos embarcamos ciegamente en misiones qué estaban predestinadas al fracaso? La esperanza es el peor sentimiento de la humanidad.

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Sentirse vivo: ser una carga para sí mismo y los demás.

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¿Cuáles eran los planes originarios del malvado demiurgo para con nosotros? Pues creo que hemos superado cualquier expectativa.

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¿Se puede resucitar a alguien qué siempre vivió en tinieblas?

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La desgarradura del amor es tan profunda como la herida de la existencia y aún peor, pues a este lo buscamos.

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Ni con sangre ni con tinta. Esto está escrito con lágrimas.

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¿Qué habría de buscar en un mundo qué solo ofrece infortunio y decadencia?

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Espera inenarrable del amor: la esperanza como fruto de todos los males.

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Ni vivo ni muerto: la condición ontológica del suicida fallido.

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Describir al detalle el concepto de existencia: ni todos los sinónimos de horror bastarían para esa tarea.

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Sentir una atracción fatal y catastrófica respecto el suicidio.

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El suicidio llama en clave a cierto número de personas.

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Después de todas las cicatrices que me dejaste, la del suicidio fue la más leve.

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El mundo se acaba ante los ojos de la persona amada.

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Ese cataclismo imaginario que arrasa con todo y solo deja fantasmas, llamado amor…

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El pesimismo no nos recuerda que cada día es más imposible que el anterior: de eso se encarga la vida misma.

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Subir por las raíces del vacío hasta más allá de las cimas de la desesperación.

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Encontrar la Nada de los místicos en la línea del suicidio trazada sobre el brazo…

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La ataraxia se termina en el momento exacto de nuestro nacimiento.

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La paz buscada en la vida solo se encuentra bajo el reposo de la tumba.

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Si el Dios cristiano hubiese querido salvar a la humanidad, habría hecho de su Hijo un suicida y no un mártir.

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El miedo como inductor del dolor.

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¿Cuál es la especia qué otorga sabor a la existencia? Aún no he dado con ella…

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La tristeza esta esparcida por el mundo como las flores en la primavera.

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La sonrisa esbozada por el pesimista ante un nuevo fracaso: mezcla de ironía y amargura.

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Son las penas más firmes las que ponen en vilo nuestra cordura.

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La amistad es un conjunto de insatisfacciones compartidas.

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Todo amor suscita una ternura inesperada.

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La vida es vertiginosa; a diferencia de la muerte, que trae solo paz consigo.

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Extrañar: el arte de perseguir sombras y fantasmas hasta la desesperación.

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Llena con su sol el vacío de tus noches.

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Describir el silencio solo para volverlo nuestro compañero.

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Cuidáme: un pedido, una oración, un ruego ante lo apabullante de la existencia.

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Una voz silenciosa que no cala a pesar de haber aceptado su soledad.

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Hasta la pesadilla más vívida es hermosa frente al despertar al mundo.

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El amor que no se dice verbalmente se traduce mediante actos de una ternura íntima.

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Aún el pesimista no logra ser escéptico frente a la ternura.

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Quiero perseguir tu fantasma eternamente hasta lograr empaparlo a besos.

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Un signo en tu sombra que se escabulle, rehuye, hasta que al fin puedo dar con él: es el signo del amor.

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Tus ojos, par de faroles que anunciaban descanso en esa noche terrible y catastrófica llamada vida.

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La vida como improvisación constante.

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Paciente crónico: dicese del pesimista que cada nuevo día abre los ojos opta por el no-suicidio.

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El mundo acaba con la última caricia de la persona amada.

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Quiero que mi nombre resuene en tus sienes, expectante, hasta que me condenes al olvido.

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