Ojalá pudiera arrancarme los ojos
e intercambiarlos por los tuyos
para que puedas mirarte al espejo
y ver lo que aprecio todos los días.
Seré precavida y tomaré tus manos,
pude que el espíritu de Narciso te invada
y quieras besarte entero, de pies a cabeza,
ida y vuelta, sin necesitar descanso,
y no quiero que estrelles tu rostro
en el espejo o te ahogues en un charco
pues ya es suficiente con las emociones
que te ahogan al mirarte con mis ojos.
Tal vez quieras acariciar tus oscuros rizos
hasta no sentir tus dedos y dormirte
acurrucado entre tus robustos brazos
apoyando tu cabeza en tu propio pecho
escuchando tu respiración pesada
mientras tomas tus manos masculinas
entrelazando tus dedos en una danza
dulce y cálida, sin desear estar en otro lugar.
Tal vez quieras escribir un poema
sobre cada rasgo que forma tu cuerpo,
que no cambiaría por nada en el mundo,
que besaría entero, de pies a cabeza,
ida y vuelta, sin necesitar descanso
acariciaría tus oscuros rizos
hasta no sentir mis dedos y dormiría
acurrucada entre tus robustos brazos
apoyando mi cabeza en tu pecho
sintiendo tu respiración pesada
mientras tomo tus manos masculinas
entrelazando nuestros dedos en una danza
cálida y dulce noche, no deseo otro lugar.
Y escribiría este poema sobre los efectos
de mirar cada rasgo que forma tu cuerpo
con mis ojos de joven poetiza enamorada.