Soy mujer salvaje, entre mujeres salvajes
corro descalza, semidesnuda, libre;
un grito desenfrenado de guerra, evohé,
desgarra la garganta y detiene el viento.
Redes, leyes, palabra, hierro, se quiebran
hojas de otoño bajo el peso de los pies
descalzos danzan nuestro canto
llameante ritual satírico
los necios llaman satánico.
Oh Baco, infundenos de ferviente locura
dirán que no estamos cuerdas
mas no podrán hacer nada, ustedes
Hombres necios que acusais a la mujer
sin razón, se jactan de una naturaleza animal
pero ¿qué es el hombre fuera de la ciudad?
un cachorro de leona lloriqueando
en busca del seno protector materno.
A la mujer portadora del tirso,
a la que llaman perra desde lejos,
a la que escupen en su imaginario,
a la que denigran con el pensamiento,
temen
cuando demuestra que con sus manos,
sin padecer esfuerzo ni cansancio,
parte animales y saca árboles de raíz
¿te sentís menos hombre?
sus miembros trabajados tiemblan,
sus espadas erguidas flaquean,
abandonadas por su falsa virilidad,
son destrozadas al igual que sus cuerpos
¿Vas a tener ganas de espiarme
(bailando),
vas a tener ganas de tocarme
(necio),
cuando me veas portando un tirso
(fuerza vital)
haciendo emanar leche de la tierra
(con un golpe)
amamantando a los animales salvajes
(de mi pecho)
y destrozando toros con las manos?
(y hombres)
Perras son mis hermanas
(mujeres)
salvajes, cazadoras, libres, medeas
(sagradas)
sacerdotisas que llevan el tirso
(poderosas)
bailamos en honor al dios Baco
(enloquecidas)
le dedicamos nuestro canto
(festivo)
en el ritual liberador femenino.