I:

Como las hojas del álamo
En las tardes frescas de otoño,
Mi corazón crepita por la distancia.

Al igual que su cuerpo,
Permanezco inmóvil y frío,
Esperando la mañana.

Pero, al igual que las hojas,
No queda más que esperar y descomponer.

Dormitar.
Procesar y aprender.

¿Que vendrá después?