Que cosa más infame, pero noble es el cigarrillo 

Desde que comencé mi camino a través de la vida, me toco verlo

En muchos lugares, en la cartera de mamá 

Hasta los bolsillos de mi viejo 

O en el atado que guardaba la profe de jardín, en un cajón que no cerraba.

Es algo muy presente en mi vida, en la de muchos se podría decir 

Una de las relaciones más largas y fieles que tuve 

Porque a pesar de los años, a pesar del mal tiempo

A pesar de siempre tener que hablar solo, lo que siempre me acompaño, de cierta manera 

Era ese atado maltratado que siempre guardé en la ropa 

Hubo un tiempo donde un estuche de lentes era mi escondite

Era perfecto, sabían mejor después de cierto tiempo 

Tal vez habrá sido la gamusa que forraba el estuche

O el hecho de sentirme aliviado al saber que siempre que quisiera uno tenía dónde buscarlo 

Siempre un compañero presente

Para caminar, hablar, merendar 

Servía para esclarecerse, para vivir y desvanecerse 

Al menos un rato, sentía que el mundo era menos mundo, me veía más personificado 

En ese humo, recorriendo desde mis pulmones una corriente de aire en la cual desvanecerse 

Con el tiempo su significado fue cambiando, no supe ver lo que me hacía o como me cambiaba 

Por dentro o por fuera no sentía diferencia alguna 

Cuando era más joven de lo que soy ahora 

Hacia que me sintiera un rebelde, hacer eso iba a favor y en contra de una ley impuesta por mi madre 

Era símbolo de libertad, cuando me reprimía

Crecí un poco cuando comenzó a volverse signo de amistad 

Todos tenían uno, era como el juguete de moda, a cualquiera podías ir y pedirle un cigarro

El que te regalaba más de uno era un amigo, aunque con la inflación terminaron por volverse moneda de cambio o peor 

Cuando empecé mi etapa más adulta, se volvió un descanso algo que merecía  

Signo de una labor hecha y a punto de ser recompensada 

Era un trofeo que podía levantar por momentos 

Pero, ahora no parece más que un vicio

Fueron los meses tal vez pero, mientras más caía la ceniza al suelo se volvió menos romántica nuestra sesión 

Recorremos de la mano un pozo al que yo mismo me metí y del que no quise salir