En la punta del mundo 

se sienta.

Como cúpido se ha sentado 

sobre el cráneo de un poeta.

Se abrazan, la noche está repleta: 

de alas, de plumas, de pelos. 

El barco avanza batiéndose

sin ahogar tus cometas.

Es de día y la noche ya no tiene cabida

la luna se esconde enseguida, 

Y la mujer se desfigura entre tu saliva

no es que no la encuentres 

no es que no la frecuentes

Es que la punta del mundo 

existe 

y me siento 

y mi craneo yace en el encuentro

y me crecen alas

y las espumas son de plumas.

Sin la noche correrse avanza el barco

Por la duna,

y una mujer duerme 

no es que no la encuentres

no es que no la frecuentes

Es que el poeta 

es un ser desobediente

que no siente 

que no miente

Pero ella ha cerrado sus ojos

en la runa,

y va cayendo por la luna.