La Luna anaranjada descendía hacia la cueva bendita,
Allí nos invadía la oscuridad de la tormenta,
Y el sonido de los grillos del anhelo.
En ese santuario oculto,
Donde la naturaleza y la mitología se unen,
Se produjo un reencuentro,
Una historia que los dioses atestiguan.

Él, un nagual de semblante serio e imponente,
Un humano en el día,
Un guerrero entre la gente.
Ella, una ninfa griega,
Belleza etérea y luz,
Una criatura de la naturaleza,
Un susurro de la cruz.

En la cueva,
Bajo la Luna,
Se encontraron en silencio,
Dos seres de mundos diferentes,
Unidos por un sentimiento.

Durante el día, 
El era fuerte,
Un líder entre la multitud,
Pero con la ninfa,
Se volvía sumiso,
Buscaba su quietud.

Se acurruca en su pecho,
Buscando su calor,
Encontrando en su abrazo,
Un bálsamo para su dolor.

El reencuentro entre ellos,
Una historia de amor y mitologías,
Una danza de almas,
De sueños y poesías.

A pesar de la tormenta,
A pesar de la oscuridad,
El querer entre el nagual y la ninfa brillaba con claridad.
Así, bajo la Luna anaranjada,
En la cueva bendita,
El nagual y la ninfa se encontraron,
En un baile de almas infinitas.

En el día, él era un roble,
Firme y fuerte,
Imponiendo su voluntad,
Desafiando a la muerte.
Pero al caer la noche,
Bajo la Luna anaranjada,
Se transformaba en un niño,
Que en su pecho se acurrucaba.

Ella, con su canto suave,
Lo arrullaba hasta dormir,
En su pecho encontraba paz,
Un lugar donde existir.
La cueva bendita se convertía en su santuario,
Un lugar donde el amor era un vocabulario.

El sonido de los grillos, 
La melodía de su unión,
La tormenta fuera,
Un eco de su canción.
El reencuentro entre un nagual y una ninfa griega,
Una historia de amor,
Una leyenda ciega.

Él, un nagual invencible,
De todos el respeto ganaba,
Pero con la ninfa,
Su coraza de fortaleza desvanecía.
Ella, una ninfa griega,
De la naturaleza un regalo,
con su luz y su ternura,
Su corazón desbloqueaba.

Así, bajo la Luna anaranjada,
En la cueva santa,
Se amaban en silencio,
En la oscuridad infinita.

Él, serio e imponente en el día,
Sumiso en la noche.
Ella, una ninfa griega,
Su amor,
Su broche.