… Al final de un día largo y cansado, siempre hay una lapicera un cuaderno y unas palabras que me hablan antes de dormir. Me agradecen la valentía de vivir, sabiendo incluso que ya no se bien como se hace y que todos los días tengo que ir al mar a luchar contra las olas.
Me agradezco porque aunque tenga el alma quebrada de dolores me levanto siempre y pongo lo mejor de mi.
Me agradezco por seguir sonriendo y por no haber perdido la alegría.
Por estar conmigo…