El día frío y lluvioso trajo consigo la tristeza.

La soledad, el invierno, y la depresión no resultan ser una buena combinación.

Las ganas de caminar por la city formoseña las busque hasta entre mis libros.

El llanto, la angustia y los temblores, los escondí entre antidepresivos.

La noche no trajo algo diferente,

 solo mis ganas de desaparecer para siempre.

Mientras, Mi gata me recordaba que en el mundo aún existe el amor. 

Pero no es suficiente para este corazón.